14 de agosto de 2021

Primer Viaje em Torno del Globo

 


Antonio Pigafetta
Primer Viaje em Torno del Globo (1525 / 1800)

Antonio Pigafetta, nascido em Vicenza, foi o cronista da expedição capitaneada por Fernão de Magalhães em 1519, a primeira circum-navegação ao globo terrestre, concluída por Juan Sebastián Del Cano após a morte do navegador português. Pigafetta estava ocasionalmente em Espanha, acompanhando uma embaixada romana junto de Carlos V, e, ao saber que se preparava a expedição, conseguiu autorização para a acompanhar, custeando a viagem do seu próprio bolso. Foi um dos dezoito homens que conseguiu regressar a Espanha, em 1522, entre os 237 que tinham partido inicialmente. O seu relato, A Primeira Viagem ao Redor do Mundo, é a principal fonte de informação sobre a viagem.
Como é evidente, Magalhães não partiu em nenhuma expedição oceanográfica; o seu objectivo era chegar à Ilhas Molucas, as ilhas da especiarias, pela rota ocidental. A localização deste arquipélago era vagamente conhecida, e havia razões para acreditar que se encontrava no semi-hemisfério que pertencia a Espanha, de acordo com o Tratado de Tordesilhas.
Regressado a Itália, Pigafetta publicou o seu diário em Paris, em 1525, mas a edição integral do texto original só aconteceria no final do século XVIII. O título aqui referido trata-se da versão em espanhol, a edição do IV Centenário, publicada em Madrid em 1922 com tradução e orientação de Federico Ruiz Morcuende, fiel à primeira edição em italiano, de Carlos Amoretti, a partir do manuscrito descoberto em 1797 na Biblioteca Ambrosiana de Milão.

Relato de Lorosa
.— La misma tarde, el portugués Pedro Alfonso de Lorosa vino a bordo del navío en una piragua. Supimos que el rey le envió a buscar para advertirle que, aunque él fuese de Tarenate, debía guardarse muy mucho de mentir en las respuestas a nuestras preguntas. Efectivamente, cuando vino nos dió todas las noticias que podían interesarnos. Dijo que estaba en las Indias hacia diez y seis años, diez de los cuales los pasó en las islas Malucco, adonde llegó con los primeros portugueses, que verdaderamente se habían establecido allí desde diez años antes; mas que guardaron el más profundo silencio sobre el descubrimiento de estas islas; añadió que hacía once meses y medio un gran navío vino de Malaca a las islas Malucco para cargar clavos de especia e hizo su cargamento, pero que el mal tiempo les retuvo algunos meses en Bandán. Procedía el navío de Europa, y el capitán portugués, que se llamaba Tristán de Meneses, dijo a Lorosa que la noticia más importante por entonces era que una escuadra de cinco navíos, al mando de Fernando Magallanes, había partido de Sevilla para ir a descubrir las Malucco en nombre del rey de España; y que el rey de Portugal, tanto más disgustado de la expedición, cuanto que aquél era uno de sus súbditos que buscaba su daño, envió navíos al Cabo de Buena Esperanza y al cabo de Santa María [Cabo septentrional de Rio de la Plata.], en el país de los caníbales, para interceptarle el paso en el mar de las Indias; pero que no le habían encontrado.
Supo en seguida que pasó por otro mar y que iba a las islas Malucco por el Oeste, y ordenó a D. Diego López de Sichera, su capitán en jefe en las Indias [BOISMELÉ, Histoire de la marine, dice que López de Sichera fué a las Indias en 1518.], que enviase seis navíos de guerra a Malucco contra Magallanes; mas que a Sichera llegó la nueva de que en este tiempo los turcos preparaban una flota contra Malaca, y se vió obligado a mandar sesenta barcos de guerra al estrecho de la Meca, en la tierra de Judá [Después Idda, en el mar Rojo, puerto utilizado para el comercio de le Meca. Esto se refiere a le desdichada expedición que Solimán el Magnífico emprendió, a instigación de los venecianos, contra los establecimientos de los portugueses en las Indias, para atraer al mar Rojo el comercio que la navegación de los portugueses por el Cabo de Buena Esperanza había anulado. Los venecianos les proporcionaron para ello maderas de construcción y armas. (ROBERTSON, Disquis. on ant. India, sect. III.)], los cuales encontraron las galeras turcas encalladas a la orilla del mar, cerca de la bella y fuerte ciudad de Adem, y las quemaron todas. Esta expedición impidió al capitán general portugués hacer lo que le habían encargado contra nosotros; mas poco después envió a nuestro encuentro un galeón a dos manos de bombardas [Con dos filas de cañones.], mandado por el capitán Francisco Faría, portugués; no llegó el galeón a las islas Malucco, porque, ya por los arrecifes que hay cerca de Malaca, ya por las corrientes y vientos contrarios que encontró, tuvo que volver al puerto de donde había salido. Lorosa añadió que, pocos días antes, una carabela con dos juncos habían venido a las islas Malucco para obtener noticias sobre nosotros; los juncos esperaron en Bachián para cargar clavos de especia, llevando a bordo siete portugueses, los que, a pesar de las amonestaciones del rey, no quisieron respetar ni a las mujeres de los indígenas ni a las del mismo rey, y fueron todos asesinados. Al saber esta noticia el capitán de la carabela juzgó oportuno partir a toda prisa y volverse a Malaca, abandonando en Bachián los dos juncos con cuatrocientos bahars de clavos y mercancías bastantes para cambiarlas por otros ciento.

Ningún comentario:

Publicar un comentario