25 de xuño de 2025
Arte y Subversión
Alberto Boixadós
Arte y Subversión (1977)
Alberto Boixadós, escritor argentino, desenvolve neste livro a correlação que existe entre arte e "conversão" espiritual. Assim, com o avançar do séc. XX, a pintura, a música e a literatura — a cada uma delas dedica, por esta ordem, um capítulo sucessivamente maior — colocaram-se ao serviço de uma ideia de revolução, de inspiração ateia e marxista, satânica, contra um passado que pretendem destruir, visando a criação de um "homem novo". Refere o abstraccionismo na pintura (e transcreve uma curiosa autoavaliação de Picasso, publicada em 1963 numa revista francesa), os compositores atonais, dodecafónicos, etc., a cultura pop e rock, e de que forma todos participam de algum modo na erosão das sociedades. Por fim, uma análise mais pormenorizada a escritores como Gabriel García Marquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa ou Carlos Fuentes, bem como ao Teatro do Absurdo, ou a outros autores fora do espaço ibero-americano, como Kafka. Termina com exemplos de como a Igreja pós-conciliar se submete alegremente a esta conquista cultural. Após ler Arte y Subversión, é impossível voltar a ter uma leitura despreocupada.
En estos casos la influencia de lo literario en el orden político-social es muy directa. Igualmente ocurre con "Facundo", libro que escribió Domingo Faustino Sarmiento, presidente argentino en la segunda mitad del siglo XIX. "Facundo" es un relato literario muy logrado, pero dirigido a otros fines, como confiesa el mismo Sarmiento en carta dirigida al general Paz, y cuya parte pertinente dice así: "Remito a S. S. un ejemplar del «Facundo» que he escrito con el objeto de favorecer la revolución y preparar los espíritus. Obra improvisada, llena por necesidad de inexactitudes, a designio a veces, no tiene otra importancia que la de ser uno de los tantos medios tocados para ayudar a destruir un gobierno absurdo y preparar el camino a otro nuevo".
Creemos que esta carta es ilustrativa a propósito de las hondas vinculaciones que unen lo literario y lo político. Aquí hubo objetivos políticos; sin embargo, el libro perdura y la perduración se realiza en el campo literario.
Presenta la literatura europea un notable caso inverso. Una novela excelsa —testimonio político profético— que no fue hecha con fines de politización, sin embargo, ha cumplido y cumple una gran misión en los dos campos... Nos referimos a "Los Poseídos" o "Demonios", de Dostoievski.
¿Cómo ha podido Dostoievski describir la fuerza interna que mueve a la subversión para instaurar un orden social nuevo, sin Dios?
Dostoievski sabía que en su tiempo ya había comenzado la revolución, iniciada en el subsuelo de los espíritus y hace su análisis. Tolstoi no sabía que se había iniciado esa revolución, porque el mismo estaba arrastrado por el proceso revolucionario que seguía a ciegas.
Dostoievski permanece en la esfera del alma y desde allí —dijo Berdiaeff— contempla lo que pasa y pasará.
A través de su arte novelístico, simbólico como todo gran arte, interioriza las acciones de los hombres, entramadas en los hilos de la historia, y nos muestra así el destino de su pueblo y más aún, del alma humana.
Las acciones de sus personajes pocas veces son totalmente normales; nos describe una naturaleza humana en éxtasis, enajenada. Aprehende la noche y no el pleno día del hombre, porque su actuación no solamente está teñida del subconsciente, sino que sus personajes muestran la visión histórico-profética del autor. Visión que marca hitos decisivos en la lucha entre el Bien y el Mal, cargando sus acentos en los aspectos negativos: el crimen, la lujuria, la seducción por el espíritu diabólico, etc.
El hombre no es corrompido por todos los factores hoy altamente pregonados: la sociedad, las presiones económicas o políticas, sino que los agentes destructivos y corruptores obran desde adentro del hombre mismo; el terrible orgullo heredado con el pecado original, el "non serviam" satánico que se proyecta en nuestro tiempo y se proyectará hasta el final de los tiempos.
Dostoievski lo hace ver clara y clarividentemente en "Crimen y Castigo", en un orden personal. Con los "Poseídos" o "Demonios", en un orden social y político.
En consecuencia, en sus novelas más representativas puede observarse el entrecruzamiento de las corrientes espirituales que, en definitiva, configuran la historia: la de la obediencia a Dios, a sus mandamientos; y la que se rebela contra Dios, pretendiendo suplantarlo con el hombre endiosado y, en última instancia —consciente o inconscientemente—, con el Anticristo.
[...]
La destrucción de los lenguajes artísticos fue realizada por el cubismo, el dadaísmo, el surrealismo, la música atonal, Joyce, Genet, Brecht, Ionesco.
Los seguidores sólo concluyen esta destrucción, ya que se imaginan ser los forjadores de una nueva cosmogonía.
Estas élites artísticas encuentran en la excentricidad y en la ininteligibilidad de sus obras de vanguardia "la posibilidad de una gnosis iniciática".
Es un "mundo nuevo", casi privado, que padece la tiranía de un puñado de iniciados. Ya no funciona el mito del poeta maldito, con el que fueran sellados, Baudelaire, Rimbaud ... otrora muy en vigencia. Hoy es la provocación y la desmedida lo que da nacimiento a un nuevo mito. El artista exige y se le exige que haga algo nuevo.
Como bien dice Mircea Eliade, esto "constituye en el arte el triunfo absoluto de la revolución permanente [...] toda innovación se la declara de antemano genial por decreto y se iguala a las innovaciones de un Van Gogh o de un Picasso, ya se trate de un anuncio hecho tiras o de una lata de sardinas firmada por el artista". Y no se piense que a esta corriente se opondrán críticos y coleccionistas; por el contrario, los artistas y el público forman con aquellos, un coro unísono. Nadie quiere confesar que es retrógrado o que no ha comprendido lo relevante de una nueva experiencia artística.
Una nueva mitología ha hecho presa de las élites modernas.
23 de xuño de 2025
O Delfim
José Cardoso Pires
O Delfim (1968)
O Delfim transporta-nos à Gafeira, uma localidade imaginária cujo nome faz lembrar a Gafanha, destino de caçadores, onde o escritor-narrador regressa, passado um ano da sua última estadia. Do local destaca a grande praça onde em tempos se fazia uma feira e, nos arredores, a casa senhorial dos Palma Bravo e uma lagoa, território de caça, não muito distante da linha costeira. E inteira-se de uma tragédia, entretanto acontecida, que resultou na morte de Domingos e Maria das Mercês, o criado e a mulher de Tomás Manuel, o último dos Palma Bravo, que se encontra desaparecido. E, a partir da pensão onde está instalado, o escritor-narrador, que frequentou a casa dos Palma Bravo na estadia anterior, vai construindo uma história que é dada pelas várias personagens que faz desfilar. Mas, talvez mais importante do que a história, é a maneira como a escreve, como as personagens encadeiam pensamentos e frases, pelo que O Delfim resulta, acima de tudo, num exercício de estilo.
Pela porta que dá para o pátio entram insectos nocturnos. De tempos a tempos, um pio de mocho — mau sinal para os amantes em fuga. Enfim, não nos precipitemos e bebamos pela justiça. O tio Gaspar (preveniu-me Tomás Manuel) não era indivíduo para deixar que lhe mijassem nas botas. Mais:
«Ninguém lhe podia ver sequer os olhos. Quando os abria eram fogo.»
Tornamos a encher os copos, e então verifico que o fidalgo já partiu, herdade fora, conduzindo pela arreata o cavalo de estimação. Tinha-lhe mandado pôr a sela branca, de camurça, estribos lavrados e arreios de fivela de prata. Pardala, a galga de mais finos ventos, leva a coleira de cerimónia. Em procissão, amo, animais e servo vão caminhando, caminhando, até que fazem alto à beira de um fosso que servia de estrema à herdade. Silêncio sepulcral. Eu e Tomás Manuel ficamos de copos suspensos.
«O tio Gaspar», torna a segredar o meu companheiro, «nunca dava contas a ninguém das decisões que tomava.»
Compreendo, compreendo. Na verdade, o velho continua sem uma palavra, está fixo numa direcção qualquer para lá da fronteira dos seus domínios. Rezará?, pergunto. Medita? «Chut.» Tomás Manuel chama-me a atenção para a mão direita do falecido tio Gaspar. Daquele vulto rígido, obstinado, desponta lentamente um revólver engatilhado. Durante algum tempo a mão suspende-se, depois, sempre com a mesma lentidão, aproxima-se da Pardala que o criado segura pela trela e abate-a com um tiro no ouvido.
Viro a cara para o lado: «Irra...»
«Momento», avisa Tomás Manuel. «Ainda não é tudo.»
Não é, há mais. O tio Gaspar dirige-se agora ao cavalo, hesita. Os dedos tremem-lhe, ficaram de repente mais velhos e ressequidos. Ouve-se um disparo, outro e outro. Tem de consumir um carregador inteiro para pôr fim ao animal. O belo e leal Cadete jaz no meio dum balseiro, de patas para o ar e olhos espantados. Acabou-se. Eu e o meu companheiro bebemos uma golada de alívio.
Moral da história, conclui Tomás Manuel: o tio Gaspar, com aquele sacrifício, pretendia ver-se livre para sempre de todas as companhias em que tinha acreditado. Perdera a confiança na fidelidade, dali para o futuro queria-se só.
14 de xuño de 2025
Slan Hunter
A.E. van Vogt & Kevin J. Anderson
Slan Hunter (2007)
Entre a primeira publicação de Slan e o aparecimento de Slan Hunter decorreram 67 anos. Slan foi a primeira novela de A.E. van Vogt, e Slan Hunter, a sequela, foi o seu último grande projecto, cuja conclusão foi impedida pela doença e a morte do escritor. A partir da esquematização da obra e de cerca de uma centena de páginas já escritas por van Vogt, Lydia van Vogt, viúva do escritor, contactou Kevin J. Anderson, um autor norte-americano com um extenso curriculum na FC e admirador de van Vogt, para terminar o livro.
Slan Hunter começa precisamente no ponto em que Slan termina, como se já existisse a intenção de fazer uma continuação. As personagens principais reaparecem, acrescenta-se uma nova – Anthea Stewart, que dá à luz um bebé slan quando nem ela nem o pai têm os típicos apêndices telepáticos – e, a partir de uma ponta solta do livro anterior, a planeada conquista da Terra pelos slans não-telepatas, desenvolve-se um carrossel de aventuras, com três perspectivas simultâneas na narrativa, que se unem no desfecho, com muitas das interrogações levantadas em Slan a ser objecto de clarificação. Jommy Cross reencontra o seu arqui-inimigo John Petty, o chefe da polícia secreta do deposto governo terrestre, o "caçador de slans" a que o título se refere, que tenta ganhar poder e influência nas convulsões do ataque slan, entre alianças e traições aos vários lados da contenda, seus aliados ocasionais.
Todas as características do primeiro Slan se mantêm nesta sequela, a tonalidade "space-opera" é ainda mais berrante, e resulta algo estranho ler um livro, relativamente recente, escrito como se fosse nos anos 40. Talvez fosse essa a intenção de van Vogt quando começou a redigir este livro em 1984, pois dificilmente se pode imaginar outro modo de voltar à mesma história, mas é uma guinada de 180 graus relativamente à sua escrita dos anos 70 e 80.
“What’s a True Archive?”
The librarian beamed, delighted to find a willing listener. “During the Slan Wars and centuries of guerilla warfare and wanton destruction, much history has been lost. Most people don’t even know what the truth is anymore.”
Anthea looked hard at him. “Do you know the truth? About the slans?”
Mr. Reynolds fumbled a little and turned his back, marching farther down the hall into a larger, open lobby. “This library is one of the repositories of genuine information about the Slan Wars and Dr. Samuel Lann. Many of the reports are contradictory, of course. A few are written by eyewitnesses, while some are rather clumsy government propaganda. But that’s the way it usually is. With so much information, you have to separate opinion from fact, exaggeration from documentation.”
He stopped in front of a great metal door and set his candles down on a small table. The thick hatch was steel-gray, polished to a dull luster, reinforced with riveted panels and a locking mechanism of gears and dials. The combination wheels themselves were secured with a steel padlock. The thick door seemed as impregnable as a bank vault.
“Inside this vault are original papers, some of the notebooks of Dr. Lann and actual correspondence from previous presidents who fought in the Slan Wars.”
Since the birth of her unexpected slan baby, she felt a desperate need to know. All of the background material in that vault would reveal the answers. “I’d like to see them. I’m sure it’s fascinating.”
The librarian seemed befuddled. “Oh, I’m afraid that’s not possible, ma’am. Those records are classified.”
“But if this is a True Archive, why can’t people see the truth?”
“Most people are not ready for it,” Reynolds said sadly. “Possessing information and distributing it are two different things. Even President Gray wanted to control how much the public knew.” He shook his head, his jowls sagging like a hound dog’s. “From what I heard on the wireless this morning, it seems the President has been secretly in league with the slans all along. What has he brought us to?”
The distant thunderous rumble of more explosions rattled the ceiling.
Li anteriormente:
Slan (1946)
Pêndulo (1978)
Null-A Três (1985)
6 de xuño de 2025
Slan
A.E. van Vogt
Slan (1946)
A última vez que li van Vogt foi em 1992. Era o meu oitavo livro desse autor canadiano, cujas datas originais de publicação se situavam entre 1970 e 1985. Slan é muito mais antigo, foi serializado na Astounding Science Fiction em 1940 e publicado em livro pela primeira vez em 1946, pela Arkham House. É por isso, como seria de esperar, um livro completamente diferente.
A história passa-se alguns séculos no futuro, em que uma raça humana mutante, os slans, que se caracterizam por uma força física e inteligência acima do normal, a que acresce um poder telepático, estão numa luta de extermínio contra os humanos ditos normais. Acompanhamos o crescimento de Jommy Cross e Kathleen Layton, dois slans que, separadamente, tentam sobreviver contra todas as adversidades, até chegarem à idade adulta e encontrarem-se, casualmente. Entretanto, ficamos a saber que existe uma segunda raça slan, em tudo igual à primeira, à excepção da capacidade telepática, que detém um imenso poder na Terra e fora dela (são os únicos que viajam no espaço), e que estão também numa guerra de extermínio contra as outras duas raças.
Slan tem uma linha narrativa algo rebuscada e, simultaneamente, também um tanto ingénua, com alguns laivos de «space opera» e um happy-end inesperado. Um produto autêntico da Golden Age da FC.
"You little fool! How did you get yourself into this mess?"
She looked at him then, miserably, seeing for the first time that he was leaning back in his chair, eyes half closed, lips drawn tight. He said finally:
"All this would be very well if such matings needed testing. They don't. Case histories of more than a hundred slan-human attempts to reproduce children are available in the file library under the heading 'Abnormal Marriages.'
"The reasons for the sterility are difficult to define because men and slans do not appear to differ from each other to any marked degree. The amazingly tough musculature of the slan is due, not to a new type of muscle, but to a speeding up of the electro-explosions that actuate the muscles. There is also an increase in the number of nerves to every part of the body, making it tremendously more sensitive.
"The two hearts are not really two hearts, but a combination, each section of which can operate independent of the other. Nor are the two together very much larger than the one original. They're simply finer pumps.
"Again, the tendrils that send and receive thoughts are growths from formerly little-known formations at the top of the brain, which, obviously, must have been the source of all the vague mental telepathy known to earlier human beings and still practiced by people everywhere.
"So you see that what Samuel Lann did with his mutation machine to his wife, who bore him the first three slan babies—one boy and two girls—over six hundred years ago, has not added anything new to the human body, but changed or mutated what already existed."
Li anteriormente:
Pêndulo (1978)
Null-A Três (1985)
Quando os Computadores Conquistaram o Mundo (1983)
Subscribirse a:
Publicacións (Atom)