Camilo José Cela
Viaje a la Alcarria
(1948)
Não sendo um livro escrito na primeira
pessoa, Camilo José Cela percorreu na realidade a região de
Alcarria, nas proximidades de Guadalajara, de bloco na mão, em Junho
de 1946, tirando apontamentos que deram origem a Viaje a la
Alcarria. No prólogo, considera-o como o livro mais simples,
mais imediato e directo da sua autoria, apesar das diferentes versões
que foram publicadas antes de o fixar na sua forma final.
Acompanhando os passos de um madrileno
não identificado, referido apenas como “o viajante”, Viaje a
la Alcarria é um livro de esboços rápidos de lugares e
personagens, de cenas fugazes que o protagonista vai vivendo ao longo
de alguns dias, encontros e reencontros com outros viajantes que, por
diferentes motivos, seguem um percurso similar.
El autobús va hasta los
topes y al viajero le hacen un hueco en la última Ría de asientos,
entre unos gitanos. En la Alcarria, el viajero se encontró gitanos
por todas partes, gitanos que viven en paz y buena armonía con los
payos, gitanos trabajadores y buenos artesanos —chumajarós que
ponen bien la suela de los zapatos, petalarós que cantan martinetes
en la fragua, cascaroberós que fabrican los más relucientes
calderos, bajirinanós que construyen livianas y resistentes cestas—,
gitanos sedentarios que se inscriben en el registro civil, van a las
quintas y viajan en coche de línea, gitanos que lo único que no
hacen es casarse fuera de su raza.
El viajero, al intentar
acomodarse, pisa sin querer a una gitana jovencilla, muy guapa. La
mujer da un grito.
—¡Mal puñetaso te
pegue un inglés borracho, esaborío!
Cuando el autobús echa a
andar, la gente se va acoplando. El acoplamiento es, a veces,
doloroso.
—¡Que me aplasta usted
a la criatura!
El hombre, haciendo
equilibrios, responde sin mirar; aunque quisiera, no podría volver
la cabeza.
—Échela usted en la
baca, señora, y cállese.
—Tendremos que esperar a
agosto, que por ahora lo llevo dentro.
No más salir del pueblo,
unas criadas empiezan a alborotar: ya irán así todo el camino.
Antes de llegar al Tajo, una señora gorda dice perdone, y les vomita
por encima a un guardia civil, a su señora y a un niño de pecho que
llevaba al brazo. El niño iba dormidito, pero, como es natural, se
despierta y empieza a gritar; el niño grita como si lo estuvieran
matando; la cosa, como dice muy bien un joven de corbata de lazo y
flexible verde claro, no era para tanto.
Li
anteriormente:
La Colmena (1951)
A Família de
Pascoal Duarte (1942)