Gabriel García Márquez
La Increíble y Triste Historia de la Cándida Eréndira y su Abuela Desalmada (1972)
Este livro é composto por seis contos e uma novela curta, que lhe dá o título e ocupa sensivelmente metade das páginas. Os sete textos, da época de Cem Anos de Solidão, são muito diferentes entre si; alguns são muito breves, mas em todos se reconhece facilmente o universo literário de Gabriel García Márquez, com um par de personagens que reaparecem em diferentes contos. O texto principal, a novela, conta como uma rapariguinha órfã é explorada como criada pela sua avó, até ao dia em que causa, inadvertidamente, um incêndio na sua mansão. A velha determina que a neta vai ter de pagar o prejuízo, por ela avaliado em um milhão de pesos, literalmente com o corpo; parte então em viagem constante por vilas e aldeias, vendendo o corpo da rapariga, juntando ouro, e manejando as circunstâncias de modo que a dívida nunca possa chegar a ser paga – uma metáfora do funcionamento da especulação financeira global. O excerto escolhido pertence ao terceiro conto, El ahogado más hermoso del mundo.
Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado.
Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo.
No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el
extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los pocos muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos.
Li anteriormente:
Los Funerales de la Mamá Grande (1962)
El Coronel no Tiene Quien le Escriba (1961)
La Mala Hora (1962)
Ningún comentario:
Publicar un comentario