28 de agosto de 2024

Reflexiones Contra la Modernidad

 


Eduard Alcántara
Reflexiones Contra la Modernidad (2013)

Reflexiones contra la Modernidad é composto por uma selecção de 19 textos, publicados entre 2009 e 2012 no excelente blog Septentrionis Lux, de Eduard Alcántara, que continua activo. A influência de Julius Evola é notória e assumida, para além de um punhado desses textos dedicados exclusivamente ao pensador italiano. O próprio título do livro glosa de algum modo o incontornável Revolta Contra o Mundo Moderno. Em determinado ponto conta-se que a Evola desagradava ser considerado “filósofo da Tradição”, por considerar que filosofar é um exercício mental destinado a elaborar novas teorias ou sistemas de pensamento, e que, pelo contrário, ele não desejava transmitir nada de novo, mas transmitir e sistematizar o saber da Tradição, preferindo, em vez de filósofo, ser considerado como “intérprete da Tradição”. Deste modo, também não vou fazer a desfeita de apelidar aqui Eduard Alcántara de filósofo, pois será mais acertado considerá-lo igualmente como outro “intérprete da Tradição” – e este livro prova-o à saciedade.

Si la Edad de Oro equivale al Mundo de la Tradición Primordial y puede ser calificada como la Edad del Ser y de la Estabilidad (de ahí su mayor duración) las restantes edades comportan la irrupción de un mundo moderno que puede, a su vez, ser denominado como mundo del devenir y del cambio (de ahí la cada vez menor duración de sus sucesivas edades). En verdad, no en balde, se puede constatar que en los últimos 50 años la vida y las costumbres han cambiado mucho más de lo que habían cambiado en los 500 años anteriores. Los traumáticos conflictos generacionales que se sufren, hoy en día, entre padres e hijos no se habían dado nunca en épocas anteriores (al menos con esta intensidad) debido a que los cambios en gustos, aficiones, hábitos y costumbres se sucedían con más lentitud. Los cambios bruscos, frenéticos y continuos propios de nuestros tiempos han dado lugar a lo que Evola definió como el hombre fugaz. Hombre fugaz que es el propio de la fase crepuscular por la que atraviesa la presente Edad de Hierro, caracterizada (esta fase) no ya por la hegemonía del Tercer ni del Cuarto Estado o casta (léase burguesía y proletariado) sino por la del que, con sagacidad premonitoria, Evola había previsto, pese a no haber vivido, como preponderancia del Quinto Estado o del financiero o especulador propio del presente mundo globalizado, gregario y sin referentes de ningún tipo. Este sujeto hegemónico en el Quinto Estado equivaldría al paria de las sociedades hindúes que no es más que aquél que ha sido infiel, innoble y disgresor para con su casta y ha sido expulsado del Sistema de Castas para convertirse en alguien descastado y sin tradición ni referentes. El hombre fugaz no se siente jamás satisfecho, vive en continua inquietud y convulsión. Su vacío existencial es inmenso y nada le llena. Intenta distraer dicho vacío con superficialidades, por ello su principal objetivo es poseer, tener y consumir compulsivamente. Cuando consigue poseer algo enseguida se siente insatisfecho porque ansía poseer otra cosa diferente, de más valor económico o de mayor apariencia para así poder impresionar a los demás. Y es que el mundo moderno es el mundo del tener y aparentar, en oposición del Mundo Tradicional que lo es del Ser. Este hombre fugaz se mueve por el aquí y ahora, pues lo que desea lo desea inmediatamente, no puede esperar. Su agitación no le permite pensar en el mañana.

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